La Terapia Akáshica indaga en un nivel de energía causal, aportando soluciones extraordinarias para salvar situaciones inexplicables de nuestra vida.

martes, 24 de enero de 2012

Tercer plano de la realidad que trata la Terapia Akáshica: el plano de estructuras “inmanentes” y “aferentes”

Todo ser humano es el resultado de estructuras preexistentes, así como el cuerpo es el producto de la estructura llamada código genético. Ocurre que la mente y el espíritu también obedecen a cierto código genético, y que todos los códigos genéticos, materiales o inmateriales, son copias de códigos existentes en los Registros. A estas estructuras, las llamaremos «inmanentes». Las estructuras «aferentes» son las que el ser humano intenta plasmar alrededor de él. Que nosotros intentemos repetir estructuras conocidas, por ejemplo las de una familia tradicional, o crear una estructura diferente, por ejemplo mediante parejas triangulares, comunidades sexuales o de cualquier tipo, estamos siempre intentando reproducir estructuras copiadas de los Registros.


Analizar desde la T.Ak. cómo el hombre tiene tendencia a someterse a estructuras preexistentes que le son impuestas o por el contrario a imponer sus estructuras al mundo externo, contabilizar los recursos intelectuales, energéticos, estratégicos, perceptivos, conscientes o inconscientes, que va a emplear, da una idea clara de su grado de originalidad o de conformismo, de su probabilidad de rechazo por la comunidad o de su virulencia para modificarla. Los líderes, los guías, los que abren los caminos, o de lo contrario, los eternamente sometidos, los pasivos, las víctimas, aparecen rápidamente diferenciados durante el análisis. Cada categoría conlleva problemas característicos, y es cierto que la T.Ak. tiene una gran facilidad para comprender los problemas de todo tipo de «Líderes» y para poder ayudarlos, tal como si fuera una «Clínica del Ejecutivo». La otra categoría tiene problemas diferentes, donde predomina el aprendizaje de las vías de acceso a los grandes recursos energéticos. Los necesitan para su propia supervivencia y desarrollo. Obviamente, ningún Terapeuta se permitiría un juicio de valor sobre la pertenencia a una u otra categoría, lo importante es diferenciarlas para conocer la problemática propia de cada paciente. En general, ambas categorías coexisten en una misma persona.

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