La Terapia Akáshica indaga en un nivel de energía causal, aportando soluciones extraordinarias para salvar situaciones inexplicables de nuestra vida.

martes, 10 de enero de 2012

¿Cómo se desarrolla la vida del hombre?

Durante los 72 primeros meses de vida, el circuito entre los dieciocho cuerpos se establece y se va consolidando con la experiencia de vida. Es cierto que todo incidente que altere este desarrollo tendrá consecuencias sobre toda la vida de adulto, lo que debería conducirnos a revisar la pedagogía infantil.
Toda nuestra vida es de aprendizaje, no sólo cognoscitivo, sino bioenergético. Ambos cerebros, ambos seres que abarcamos, es decir, nosotros (neuronal y bioenergético) aprenden simultáneamente. Cuando el primero absorbe los nutrientes de una manzana, el segundo digiere su bioenergía. Cuando el primero analiza para pensar lógicamente, el segundo le brinda síntesis e intuición. Cuando sufre el cuerpo físico, el cuerpo espiritual le da apoyo, derivando la Kundalini hacia el órgano enfermo o el chakra trastornado, cuando se trata de sufrimiento psicológico. De aquí nacen las caídas en la vitalidad y en la agilidad mental que
acompañan los estados enfermizos.
En caso de agresión ocultista o de energía de muerte, el cerebro bioenergético convoca elementos de defensa, inteligentes (ángeles, egrégores, elementales, espíritus positivos) o energías no inteligentes (energía de vida) para protegernos.
Cuando nuestro cuerpo neuronal siente placer, nuestro cerebro bioenergético le hace saber que todo placer humano es sólo un reflejo del placer del despertar espiritual, que transporta inscrito en su memoria.
Cada vez que sufrimos, el segundo ser intenta explicar al primero cuál es la lección divina o humana que tiene que aprender.

La vida es finalmente un continuo acto educativo, que empezó en nuestras encarnaciones anteriores, y que no termina ni aún con nuestra disolución física.


Fuente: Libro "Bioenergía Revelada"
http://culturakashica.blogspot.com/p/libros.html

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