La Terapia Akáshica indaga en un nivel de energía causal, aportando soluciones extraordinarias para salvar situaciones inexplicables de nuestra vida.

jueves, 22 de diciembre de 2011

El cuerpo angelical y el diabólico, dos de nuestros 18 cuerpos

La Kundalini, los chakras y los meridianos conocidos por la acupuntura son solamente tres de los siete componentes del ser bioenergético que somos.
Durante la gestación el feto, a medida que se desarrolla, hace crecer varios cuerpos sutiles adentro y alrededor de su cuerpo físico (número 17). El cuerpo del alma (n°1) asociado al cuerpo morfogenético (n°18), que parece contener un código genético propio del mundo invisible, provoca la expansión de todos los otros cuerpos.

¿Por qué los llamamos «cuerpos»?:

Se llaman «cuerpos» ya que, observados espiritualmente, todos están construidos según características conocidas en el cuerpo físico:
- todos tienen un cerebro prolongado por una red neuronal,
- están dotados de varios sentidos,
- son sensorio-motrices es decir que perciben, aprenden, actúan,
- se nutren, se desarrollan, se pueden enfermar, accidentar, intoxicar y disolverse, es decir, morirse (con excepción del cuerpo del alma n°1 que tiene cierto privilegio de eternidad).

Dentro del cuerpo físico se desarrollan diecisiete otros cuerpos (ver listado) donde se inscribe todo lo que aprendemos, ya sea tanto en el sentido cognitivo como en el vivencial, el neurótico, el conductista, el reaccional, el emocional, el bioenergético o el espiritual.

El cuerpo angelical y el cuerpo diabólico:

El cuerpo angelical (n°8) es el más sensible a lo espiritual y al acercamiento del hombre a Dios. Pero a la gracia se opone la desgracia, en la presencia del cuerpo diabólico (n°9). Si es cierto que el cuerpo angelical contiene la memoria de lo mejor que podemos aspirar a ser, el diabólico es el gran trastornador al que debemos nuestras neurosis y nuestros sufrimientos.
El cuerpo angelical nos garantiza el poder recibir energía Divina, alcanzar el despertar espiritual, ser feliz gracias a la paz interior, que es como la energía divina que recorre su red neuronal. Asimismo, el libre albedrío es una emanación de la chispa divina o alma que existe en cada uno.
En el ser humano el valor está actuado por el cuerpo angélico mientras que el miedo está dominado por el otro cuerpo. En pocas palabras, la bondad es producto del cuerpo angélico, y la maldad -en todas sus formas y expresiones-, proviene de nuestro cuerpo diabólico.



En conclusión, los 18 cuerpos constituyen el cuarto pilar de nuestro ser bioenergético. Gracias a ellos tenemos sesenta sentidos que explican todos los fenómenos que la psicología no puede.
Aparte de los 18 cuerpos existen cuatro en reserva, llamados fetos (quinto pilar), que, al desarrollarse, cada uno de ellos disuelve alguno de los dieciocho cuerpos reemplazándolo por un cuerpo de alta capacidad, con poderes inimaginables.




jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Cómo describir la relación entre el hombre y los Registros Akáshicos?

El primer grupo de conclusiones que puedo expresar sobre los Registros es que:
«nuestra misma estructura humana fue determinada por los Registros Akáshicos; por esa razón tenemos tanta facilidad para regresar a ellos».

¿Qué me permite afirmarlo?

Es que la estructura de ADN sobre la cual se ha
desarrollado nuestro cuerpo y gran parte de nuestra mente estaba presente, energéticamente hablando, en el último de nuestros 18 cuerpos, el cuerpo morfogenético.



El «patrón de construcción» de nuestro cuerpo, mente y espíritu, es la reproducción de uno de los patrones energéticos, ya presentes en los Registros. Esta estructura que describimos de los 18 cuerpos (de los cuales, recordémoslo, solo el numero 17 es el cuerpo físico), se reproduce en todo el universo, adoptando dicho cuerpo 17 formas diferentes según sean las circunstancias bioclimáticas, las moléculas predominantes en el lugar, la historia de la evolución que se reiteró con formas diferentes según el planeta. Concluimos en pocas palabras: todo lo que vive tiene 18 cuerpos, y todo lo que tiene 18 cuerpos así correlacionados entre ellos, tiene tendencia a vivir. Si algún día el hombre pretende «fabricar la vida», solo podrá hacerlo juntando 17 cuerpos energéticos a uno material. En contrapartida, esta nueva definición de la vida, asociada a una anterior, comentada en capítulos iniciales de este libro (la vida es una revolución de energía/ información de 180.000 períodos por minuto, circulando entre estos 18 cerebros), nos permite considerar como viviente mucho más de los que nos rodea. Por ejemplo la naturaleza es viviente, no porque nos alimenta en todo sentido, sino porque la tierra tiene 18 cerebros, sentidos y la misma circulación energética; además, el penúltimo cuerpo sutil que se incorpora al bebé, es «el cuerpo de causalidad de la naturaleza», verdadero microcosmos de la madre naturaleza, que se plasma en el momento exacto de corte del cordón umbilical.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Revelaciones del Magister Liroluvilui

REVELACIÓN Nº1:
Repite esta frase cincuenta veces por día antes de adormecerte y tendrás en tus sueños las revelaciones que Dios y los ángeles estimaren convenientes: NEUOC COCiDOCuD ODCEO










Fuente: Libro "Las 50 revelaciones del Magister Liroluvilui"